Se conoce como eje cafetero a una zona de Colombia compartida por 5 departamentos o regiones donde la principal actividad comercial fue el cultivo del café y en la actualidad es el turismo. Se sitúa aproximadamente a 2000m sobre el nivel del mar, lo que proporciona un clima templado durante todo el año, días agradables y noches fresquitas 🙂
Los paisajes de esta zona son muy bonitos, mires donde mires estas rodeado de verdes y frondosas montañas. Además de la vegetación propia de la zona, el bosque húmedo (que es como un bosque selvático), se cultiva café, aguacate, banana, mandarinas… y también hay muchos espacios de pasto para las vacas. Esparcidas por las montañas hay fincas de arquitectura tradicional donde viven las familias que trabajan el campo o que estan convertidas en hoteles o casas rurales para recibir turistas. Las fincas suelen ser blancas con paredes muy gruesas, los tejados de tejas, sus puertas y ventanas coloridas y sus porches suelen estar decorados con flores.
Filandia es uno de los pueblos más típicos por la decoración de sus casas, con muchos colores. Nosotros pasamos allí la Navidad, en la finca Steel Horse, una especie de hostel/camping llevado por una pareja de ingleses. Allí nos reencontramos con @logoali, y conocimos a muchos viajeros que fueron nuestra familia durante esa fecha tan señalada. Pasamos buenos ratos aunque nuestros corazones estaban más en Barcelona que aquí, fue la primera navidad lejos de la familia y amigos y espero que sea la última!
En esos días aprendimos a jugar al Tejo, un juego declarado deporte nacional en Colombia. Consiste en lanzar unos discos o piedras a unas dianas de barro en las cuales hay petardos. El objetivo es hacer explotar los petardos.
Una de las actividades más famosas de la zona es la visita a una finca cafetera. Nosotros la hicimos en una finca cercana a Salento, fue una muy buena experiencia donde aprendimos todo el proceso que hay detras de una rica taza de café. La recolección de las cerezas (que así se llaman las bayas rojas), la separación del grano, el secado, el tostado, la preparación y la degustación.
Y lo más espectacular para nosotros fue el Valle de Cocora, un lugar mágico, repleto de palmas de cera de hasta 80m de altura. Estas palmas son el árbol nacional de Colombia y son sencillamente preciosas! Hicimos el trekking completo de 12 km alrededor del valle, la primera parte transcurre por el interior del bosque húmedo, el punto más alto es la Casa de los Colibríes y en la parte final estan las palmeras. El valle esta situado muy cerca de Salento un pueblo con una arquitectura muy similar a Filandia donde nos alojamos en un camping de 10! situado en un mirador con unas vistas hermosísimas, con baños amplios y limpios, ducha de agua caliente y wifi. Que más se puede pedir?
Para continuar nuestra ruta por Colombia en dirección Bogotá nos encontrábamos frente a dos opciones, la primera era pasar por La Línea, una carretera muy famosa en Colombia por ser muy complicada y estar llena de camiones, la segunda opción era una carretera trocha (de tierra) en muy mal estado pero con bonitos paisajes y sin tráfico. Los que ya nos conocéis sabréis que elegimos la segunda, nos gusta la aventura!
Y fue una muy buena decisión! estuvimos todo el trayecto rodeados de naturaleza, incluidas cientos de esas palmas que tanto nos gustan! Tardamos 2 días en hacer 100km por una carretera de un solo carril, con mucho barro en algunas zonas y con un enorme acantilado al lado! y nos pasó de todo…
El primer día paramos a comer con unas vistas muy bonitas de auténticos bosques de palmas de cera, luego nos dirigíamos a las aguas termales del volcán Machin y a medio camino, en plena subida, cactus se paró! Nos asustamos mucho hasta que nos dimos cuenta que podía ser falta de combustible, el depósito estaba medio vacío y al ser una subida tan larga y pronunciada todo el diesel se acumuló en la parte posterior de manera que el filtro se quedo sin combustible… Cargamos los dos bidones de repuesto que llevamos con la ayuda de unos chicos que vivían allí cerca, y así tuvimos la oportunidad de conocerlos. Que gente tan encantadora! Nos invitaron a un tinto (que así se llama el café aquí) y nos desearon todo lo mejor. Llegamos a la piscina de agua termal y nos pegamos un relajante baño antes de cenar y dormir.
El segundo día fuimos dando un paseo hasta el río que también es de aguas termales, en él encontramos algumos mini geisers donde cocimos unos huevos! 🙂 y también vimos una enorme piedra decorada con una especie de algas de colores y de la cual también brotaba agua bien caliente!
Colombia nos esta sorprendiendo muy positivamente y estamos muy contentos y agradecidos de que por fin haya paz y podamos estar conociendo todos sus rincones!
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